Hoy en día, el género de terror se ha visto dividido principalmente por dos tipos de vertientes que el director debe elegir para su película. Esto ha sido, por una parte, optar por la apuesta segura y habitual del horror explícito que desde el primer minuto ya pretende llegar a la amígdala del espectador o, por el contrario, elegir un enfoque en el que poco a poco el género se va asomando mientras que el filme le presta más atención a otros aspectos.
She will, producida por un Dario Argento que es conocido por ser una de las figuras principales del género del giallo italiano, elige la segunda opción. La cinta tiene como protagonista a Veronica Ghent, una actriz de cine ya con experiencia que se ha operado de una mastectomía doble y que se dirige junto a a su enfermera, Desi, a un rincón remoto de los Highlands de Escocia para pasar tiempo en contacto con la naturaleza.
Uno de los motivos a los que se achaca el comportamiento frío de Veronica es a causa de su participación con tan solo 13 años en una de las películas de Eric Hathbourne (Malcolm McDowell). Algo que puede convertirse en la razón principal que lleve a muchos espectadores a ver la película como puede ser la participación del actor británico, su breve aparición termina despertando indiferencia y acaba siendo desaprovechada.
Al centrarse la cinta en estos aspectos, también hay que saber que en algún momento la cinta destapará el terror del que ya va avisando. Al final del día, el paisaje nubloso de las tierras altas escocesas le pesa demasiado y no llega a sacar provecho de un tono perturbador que se manifiesta en unos contadas gotas que se resumen en un lodo que absorbe a las personas.
-Víctor Vicente