Abrázame Fuerte, la reciente película de Mathieu Amalric, es un acercamiento a la perdida a través de la ternura y de la intriga en una disociación entre lo real y lo imaginario.
La historia de una mujer que se va.
Clarisse se marcha de casa dejando a su marido Marc y a los niños. Tras su huida, la vida continúa: su marido prepara ahora los desayunos, su hija Lucie se dedica en cuerpo y alma a sus lecciones de piano y Paul, el hijo menor, no deja de hacerse preguntas. Mientras tanto, Clarisse se aleja hacia al mar, en coche, e imagina a los niños crecer y a Marc envejecer sin ella. ¿Pero es realmente una huida hacia delante? Tal vez Clarisse solo quiere empezar de nuevo, inventarse un nuevo final.
A propósito de su estreno en España conversamos con el actor y director francés.
ML: ¿Cómo nace la idea de esta película?
M.A: Viene de una obra de teatro que se llama Jereviens de loin, (vengo de lejos) de Claudine Gale. La obra nunca ha sido interpretada. Mi amigo, el actor y director, Laurent Ziserman me la dio a leer. Laurent quería montarla y luego no pudo. La leí en un tren y entonces me quedé totalmente embelesado. Lloré, algo que no me había pasado en mucho tiempo. Me escondía detrás de mi chaqueta en el tren para llorar. Y la verdad es que empecé con eso, con lo que me pasó, con lo que sentí. Conocí a Claudine Galea, que me explicó que esta historia no tenía nada de autobiográfica, que había nacido de un sueño. Hace quince años, en un sueño, se había visto poniendo la mano en un picaporte, sin saber si volvía o salía. ¡Eso me convenció de hacer una película! Evidentemente, inmediatamente sentí que era un material muy literario, que juega con la cursiva, la grafía, las voces interiores y exteriores, en resumen, de todo lo que yo llamo el «juego de la invención». Yo hice un trabajo de arqueólogo con el texto para volverlo cinematográfico. Unos meses después le pedí a mi productora que lo leyese…
MLV: ¿Cómo se decidió por Vicky Krieps?
M.A: A mí me gustan los acentos. Vicky es luxemburguesa, habla tres idiomas. En la película, Clarisse se gana la vida como traductora de oficina de turismo. Pero en sus momentos libres, para ella misma, traduce El hombre sin cualidades de Robert Musil. Desde hace un tiempo estoy obsesionado con este libro. De hecho, Clarisse se llama así por el libro, también incorporé frases de Musil en la película. Verás, para mí hacer una película es usar frases de otros lugares y ponerlas en la boca de un personaje. Por eso pienso en la arqueología porque el arqueólogo, cuando cepilla huesos con un pincel pequeño de huesos, también está pensando en sus propios huesos, sus propios depósitos, en lo que dejará de su vida.
MLV: La protagonista está, si se puede decir, al borde de la locura, pero igual es una mujer luminosa, con chispa.
M.A. De hecho la Clarisa de Musil también roza la locura. Lo último que quería hacer era hacer de Clarisse una mater dolorosa. Mi trabajo era hacer que Vicky se divirtiera porque es una persona brillante. Durante la última parte del rodaje, (la película la hicimos por partes) incluso le dije que olvidara que la familia de su personaje había muerto. Le pedía cosas divertidas como ligar con tíos o cantar en el coche. Funcionó porque había algo entre nosotros dos como almas gemelas. A veces incluso nos vestíamos igual. Hasta entonces solo había filmado a mis amantes o a mis ex. ¡Es la primera vez que trabajo profesionalmente con una actriz!
MLV: ¿Es muy importante la música en la película?
M A. Si es la historia de una madre y una hija que tocan piano. Lo bueno del piano es que permite un trayecto narrativo muy claro: como un pianista principiante, se empieza por La carta para Elise, luego se pasa a la Sonata Numero l de Beethoven luego a Debussy, luego a la música contemporánea, hasta Ligeti. Incluso, pensé en hacer un melodrama sin violines y nos dimos cuenta de que la película podía aceptar un solo violín, el de Messiaen.
Abrázame fuerte se estrena el 25 de noviembre.
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