El Teatro Marquina de Madrid acoge este espectáculo, que fusiona la obra del pintor neerlandés con la Inteligencia Artificial y la música de Ara Malikian, hasta el 2 de junio. En septiembre, arranca su gira por España
¿Alguna vez os habéis detenido durante al menos cinco minutos para contemplar un cuadro en una sala? Retablos, bodegones, de paisajes o animales, de autorretratos o de grupos de personajes excéntricos, de temática religiosa o profana, de anónimos o de autores conocidos, clásicos, contemporáneos, abstractos o surrealistas cuelgan en las paredes de las galerías de todo el mundo ante la atenta mirada de los visitantes. Desde una gran ciudad hasta un pequeño pueblo, alberga un lienzo que es, cómo dice Antonio Saura, “un campo de batalla interminable”. Al fresco, al óleo o con acuarelas, somos pintores de nuestra vida. Brocha fina o gorda e incluso con los dedos, damos pinceladas, llenándola de colores y claroscuros. En ciertas ocasiones, nos sentimos Ecce Homo y de tanto subir escaleras y perdernos como Escher, ponemos el grito de Munch en el cielo, otras en cambio, felices como niños que juegan en la orilla de la playa de Sorolla. Las pinacotecas almacenan retazos vitales de los artistas al igual que las fotos de los álbumes. Hay que hacer como Goethe y “observar el ARTE todos los días” porque detrás de los armazones de madera, permanecen historias y recuerdos, que nos acompañarán para siempre, como esa conversación entre un abuelo y un nieto en un museo murciano.
Un poblado de colinas, montañas y casas, bajo un cielo con once estrellas relucientes y una luna a la derecha, envuelta entre ondulaciones. Blancos, amarillos, verdes y azules y un ciprés que rompe la horizontalidad del paisaje, salpican ‘La Noche Estrellada’. Expuesto en el Marquina, de este cuadro no se sabe con certeza si es lo que se veía a través de la ventana del centro psiquiátrico en el que permanecía Vincent o si era su favorito, pero, mediante el método del carbono catorce, para el actor que lo interpreta, “en ‘La Noche Estrellada sobre el Ródano’ viviría”. Formado en danzas urbanas y contemporáneas en Madrid y Nueva York, “estoy en tierra de nadie, ya que me siento cómodo en estos estilos y en el musical”, y tras actuar en cine y televisión, “a día de hoy, me gusta más el teatro. Todos tienen sus pros y sus contras así que no me mojaría en escoger uno”, Cisco Lara afirma que, a pesar de no saber que otro pintor sería, aunque “Gustave Klimt me encanta”, como buen granadino, le pirraría meterse en la piel de Federico García Lorca, “le tengo mucho respeto, pero todo es ponerse”. Producido por Beon Entertainment, ‘Forever Van Gogh’ es un espectáculo único e irrepetible que fusiona la obra del artista neerlandés con la Inteligencia Artificial y la música de Ara Malikian. Hasta el 2 de junio, se puede disfrutar de esta experiencia pictórica inmersiva en la capital. Próximamente, en septiembre, arranca su gira por España.
La originalidad está en su paleta de colores. ‘Forever Van Gogh’ es, como lo definiría el hombre tras el genio, “una obra de teatro-danza, de texto, no un musical. En ella, se combinan dos disciplinas, en las que hay que prepararse vocal, física y mentalmente para estar al nivel. El elenco es un equipo de biatletas que debemos dar el do de pecho hasta llegar a la última butaca”. Con música en directo, creada por Ara Malikian, “estoy sorprendido con la precisión con la que compuso las partituras, ya que encajan a la perfección. Hay días, que estamos cansados al ser humanos y no robots y me sirve para conectar con la historia y con mi personaje”, este deportista de las pistas de baile y los libreros destaca que uno de los valores de este espectáculo es “conseguir que el público se meta en la piel del artista y comprenda porque llegó a ese estado de enajenación mental. No nos quedamos con el simple dato de que estaba loco y se cortó la oreja. Realmente nadie sabe cuál fue el motivo que le llevó a hacerlo”. A través de los movimientos, se narran las emociones del pintor de ‘Los girasoles’.
Desde su estreno, ha roto las fronteras entre el artista y el espectador, ofreciendo un viaje sensorial a la enajenación y genialidad de Vincent van Gogh. Para Cisco Lara, “ha sido un reto construir desde cero, sin caer en el cliché, una persona, que a pesar de tener un trastorno mental, era muy inteligente. Un genio y filósofo, conocido por todo el mundo. Una maravilla poder interpretarlo función tras función”. Tras viajar una semana por Holanda y después de ver todas películas y documentales sobre esta leyenda de la pintura, este actor de Granada, que actúa y baila en el escenario, ha señalado que “pintaba antes de salir a escena para relajarme y con la mano izquierda porque mi personaje era zurdo, para probar y jugar un poco. Lo que es pintar no lo he hecho”. Coreografiado por Chevi Muraday y dirigido por Ignasi Vidal, esta producción original de Dario Regattieri “hace empatizar al público con la locura y la incomprensión de éste, ya que murió atormentado al solo vender un cuadro. Llegamos a entender el porqué hacía las cosas de manera tan caótica. Una diferencia con respecto a otros biopics pictóricos”.
A punto de terminar su temporada en Madrid, esta producción teatral es también una historia de hermandad. Junto a Felipe Ansola, “un 10 como compañero. Con solo mirarnos, nos entendemos. El día a día con él es fácil. Hemos trabajado juntos varias veces e intentamos no relajarnos nunca y buscar cosas nuevas”, sobre el escenario se cuenta “la relación de uña y carne entre los hermanos Van Gogh. Lo que le faltaba a uno, lo aportaba el otro. Todos los diálogos que aparecen en escena se basan en las cartas que se escribían, aunque algunas partes son ficcionadas. Lo que la gente no sabe es que Theo murió a los seis meses de Vincent”. Un amor de los que hacen falta en los teatros. Emociones que erizan hasta los pelos de los pinceles, el entrevistado aconseja a futuras generaciones que “esto es una forma de vida en la cual hay que tener vocación y mucha paciencia. El éxito es relativo porque para mí es ser feliz, estar tranquilo y que te guste lo que haces incluso en un proyecto sin grandes galardones”. “A pesar de la precariedad y la inestabilidad laboral, los artistas tenemos que estar un poco locos para saltar al vacío. No me veo en la rutina de una oficina, ya que la incertidumbre y los próximos trabajos que vendrán me mantienen vivo”, pincela a modo de conclusión.
“Es verdad que hay una gran oferta de espectáculos en Madrid y en el resto de España, pero algo que se ha hecho con tanto amor es necesario verlo. Es una historia novedosa y bonita que tocará la patata del espectador y no dejará indiferente a nadie”, recalca Cisco Lara. Hasta este domingo 2 de junio, volveros locos en el Teatro Marquina con ‘Forever Van Gogh’. Después de disfrutar de esta experiencia, marchareis vuestra vida de pintura porque la felicidad está a un brochazo y los espectadores que la han visto, lo han comprobado.
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