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Coriolano, después de William Shakespeare: parlamentamos con el elenco y el director acerca de su estreno en Madrid



La adaptación, basada en la obra del dramaturgo inglés, podrá verse hasta el 1 de septiembre, en el Teatro Bellas Artes


¿Qué es “la universalidad”? Se dice de “la cualidad que pertenece o se extiende a todo el mundo, a todos los países y a todos los tiempos”. En estos momentos “de mucho ruido y pocas nueces”, Shakespeare respira con alivio. Una distinción que algunos fardan de ella, pero que William muestra con orgullo en “la tempestad” de los siglos y las modas. De acuerdo a Jorge Muñoz, “olvidarnos de él sería una tremenda estupidez. Su gran magia fue escribir sobre cosas que 400 años después, seguimos discutiendo en la calle, tomando una cerveza con amigos”. El amor, la ambición, el poder, el dolor, la tristeza, la angustia, la felicidad o el placer, temas de sus obras que “por su naturaleza, son aptos para ser predicados para muchos”. Desde un mercader de Venecia a unos amantes de Verona, pasando por Julio César o por innumerables reyes como Hamlet, Macbeth o Lear, sentimientos que nos mueven, dada la redundancia, a TODOS. En “el sueño de una noche de verano” o en “la comedia de las equivocaciones”, personajes shakesperianos, que nos preguntamos a lo largo de nuestra vida si somos universales. “El ser o no ser, esa es la cuestión”, cuya respuesta no es una solución.


“¡Claro! Cuando Shakespeare toma este tema, se lo roba sin alevosía, pero con inteligencia a Plutarco, lo hace con toda la intención del mundo. Lo que ocurre en el siglo V a.C. es lo mismo que sucede en Inglaterra, en la última etapa isabelina. Hay un nuevo orden social y está surgiendo el capitalismo, donde los obreros empiezan a ser tenidos en cuenta cómo clase y se agrupan en gremios. No hay trigo, ya que se lo gastan en dar de comer a las tropas que luchan contra Irlanda y que obviamente no consiguen nada, debido a que la lucha sigue a día de hoy. Esto provoca que el precio de los alimentos suba y en las calles haya manifestaciones y revueltas. Además, el autor escenifica una batalla entre el ejército y el parlamentarismo que logra que el texto sea mágico y vigente porque es cíclico. A épocas de bonanza le continúan penurias. Es curioso que sabiendo esto los políticos se castiguen unos a otros. El ser humano tropieza muchísimas veces con la misma piedra y piensa que puede aprender para bien hasta que tiene acceso al poder y no quiere perderlo”, bajo este argumento, Emilio del Valle y Jorge Muñoz adaptan la dramaturgia del escritor inglés. Tras su paso por Mérida, “de bolo. A pesar de no visitar el Romano, una fuente de inspiración para mí y en el que he trabajado mucho, sino el María Luisa, hemos estado muy agusto”, ‘Coriolano, después de William Shakespeare’ recala, hasta el 1 de septiembre, en el Teatro Bellas Artes de Madrid, con un debate para la reflexión.



Producida por Inconstantes Teatro, esta producción teatral, como bien indica su director, es “un diálogo desde el presente con el pasado. Por eso, hay que reivindicar la figura de contemporáneos nuestros como Lope de Vega, Calderón, Rojas, Zorrilla o Marlow. Esto no impide que podamos hacer cosas originales. En España, estamos viviendo una época de teatro emergente muy interesante, de la mano de hombres y sobre todo mujeres extraordinarios”. Con una trayectoria en los escenarios indiscutible, Emilio del Valle señala que “no quiero parecer presuntuoso, pero lo más difícil de esta obra no ha sido su dirección sino más bien mantener un sello de coherencia en su escritura. La ventaja para mí es que cuando la dramaturgia está cerrada, en ella está implícita su puesta en escena. Lo complicado es ese momento en el que estás escribiendo y visualizando lo que quieres mostrar. Durante este proceso, sabíamos desde un principio que empezaría con un debate político”. “No me muevo de esa manera sino por sensaciones. De pronto pasa algo y es lo que quiero escenificar. Ya realice ‘Medida por medida’ que me interesó mucho. Si algún día podría, dirigiría un ‘Hamlet’, pero centrado en los conflictos esenciales de los personajes, de un rey de 16 o 18 años”, recalca minutos después del pase gráfico.


“La verdad que no lo sé porque se me ha pasado el arroz para ser Hamlet. Todavía soy joven para un Rey Lear, pero sí que me gustaría un Macbeth”, señala Jorge Muñoz que junto a Emilio del Valle se encargan de la adaptación de la obra, “lo más difícil ha sido la reducción de personajes. Este texto tiene como 17 o 18 y nosotros lo hemos dejado en 4 o 5. Nos costó mucho que a la hora de fusionarlos no perdieran su esencia y no fueran simplemente picoteos. Lo recuerdo como algo bastante sencillo. Trabajamos a distancia, a través del e-mail y lo resolvimos enseguida, ya que la función se escribió en un mes”. Además de la parte más técnica y creativa, pisa las tablas del Teatro Bellas Artes con “un político de derechas cabronazo, muy alejado de mí". Es súper divertido poder interpretarlo cada día”. Según el actor, ‘Coriolano, después de William Shakespeare’ es “una excusa perfecta para ver algo diferente a tu realidad política en estos momentos de crispación. Una idea ajena no en torno sí yo voto a tal o a Pascual si no si estos lo hicieron mejor o peor tal y como se escenifica en el escenario”.



Toda historia de Shakespeare necesita un héroe trágico. En este caso, Cayo Marcio, que en declaraciones de su intérprete, Gonzalo Hermoso, es “el mayor reto de mi vida. Tú lees este personaje, te lo presentan y te dicen “me he imaginado una versión joven. ¿Qué te parece?”. ¿Qué cómo lo veo? Nublado porque no sé cómo o por dónde abordar este sitio, pero al final es desde uno mismo. Estoy aprendiendo mucho a trabajar la honestidad con argumentos tan extremos como los de Coriolano como pueden ser su debate moral o sus mensajes atroces sobre la sociedad”. “Nunca me había imaginado que me iba a topar con una oportunidad como esta, de representar una figura de tal calibre, pero sobre todo poder compartirlo con Roberto Enríquez al que admiro. Escuché en una entrevista de este actor que “aunque lleves dos años haciendo este papel, tienes la sensación de que siempre te vas a dejar algo, inabarcable respecto a su tragedia”. Después de oír eso, me tranquilizó mucho porque he entendido que esto es un proceso de conquistas, de aprendizaje y de poner siempre el corazón en el escenario”, explica este novel artista que afirma que “uno de mis sueños sería ser Yago de ‘Otelo’. Tan sibilino que se mete en lugares tan oscuros solo con la palabra”.


No deberían perderse esta función. Hemos tratado de convertir una tragedia clásica en una obra moderna y contemporánea, donde se abordan temas de los que se siguen hablando a día de hoy. Lo ideal es salir con muchas preguntas, como por ejemplo, ¿quién es Cayo Marcio? ¿Un villano, una víctima o un héroe?. En general, el teatro nos tiene que hacer reflexionar y esta producción nos invita a ello. Entonces, veniros y cuestionaros”, de este modo describe Gonzalo Hermoso ‘Coriolano, después de William Shakespeare’. Hasta el 1 de septiembre, el Bellas Artes de Madrid se transforma en el epicentro de la política más teatral. Una hora y cuarenta minutos de puro debate para todos los gustos, que os dejará impresionados. Es lo que tiene la universalidad de la literatura del dramaturgo inglés, que siempre te deja con la boca abierta aunque pasen los años.

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