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Crítica de Moonfall: alunizaje al estilo Emmerich


Mañana 4 de febrero es un día muy especial para el cine y en general para los blockbusters porque llega a las salas de cine Moonfall, el esperadísimo nuevo título que dirige Roland Emmerich. Si ya teníamos poco con 2012, Independence Day o El día de mañana, prepárate para vivir una experiencia de proporciones aún más épicas a las que nos tiene acostumbrados.

Fly me to the moon…

La película nos pone en situación con una misión espacial en la que ocurre un acontecimiento que pone en peligro a la tripulación y que termina provocando cierto daño en la Luna. Años después un fanático descubre que a la Luna le está ocurriendo algo inusual y se está saliendo fuera de su órbita. Al intentar avisar a la NASA y a las autoridades competentes no le hacen caso al creer que se trata de un lunático, de forma que se pone en contacto con Brian Harper, el ex astronauta de aquella misión tan fatídica. Junto a él y su antigua compañera deberán ponerse en marcha para hacer que la Luna vuelva a estabilizarse y salvar lo que queda de La Tierra…




Tras presentarnos a los personajes y ponernos en situación de lo que ocurrirá con el planeta, la acción se vivirá sin pausa alguna. Al principio de la película el ritmo es un poco irregular con tanto cambio entre escenas de los protagonistas, pero es más que suficiente para conocer lo justo y necesario de sus vidas hasta el momento presente de los acontecimientos. De aquí en adelante todo irá cuesta arriba y muy acelerado desde el momento en el que la población se entera de lo que le está sucediendo a la Luna.


Miles de preguntas empezarán a surgir desde el primer momento porque no sabemos por donde nos podrá sorprender el director en esta nueva cinta. Dará mucho que pensar acerca de la actualidad y del futuro del planeta, aunque no sabemos que rigor científico sostiene esta película. Con lo cual estamos ante una posibilidad entre miles de millones de hipótesis y teorías del universo. Bien es cierto que efectivamente tendrá muchos agujeros de guión y no estará basada completamente en un apoyo científico, ya que de ser así también se contribuiría al posible miedo de parte de la población. No obstante, a medida que va avanzando la trama se van explicando con detalle los movimientos del satélite de la Tierra, siendo capaces de elaborar un plan que al menos les permita actuar contra esta catástrofe de proporciones mayúsculas.

Soluciones rápidas en tiempo récord


Como buen blockbuster de acción y siguiendo la línea de las películas de Emmerich tenemos dos personajes que son los encargados de tener que salvar el planeta de su extinción. Halle Berry junto a Patrick Wilson interpretan a Jo Fowler y Brian Harper, una pareja de astronautas que estuvieron en una misión fallida y que años después sus caminos vuelven a cruzarse en el peor de los escenarios. Y como no hay dos sin tres, el tercer personaje en discordia es KC Houseman a quien interpreta John Bradley-West. Este trío tan variopinto es la única salvación que tiene la humanidad frente a un problema inminente. Trabajando en tiempo récord, los tres deberán unirse para trabajar en equipo y poder llegar a su objetivo cuando todo parece estar más que perdido por cada minuto que pasa.


Esto nos lleva a darnos cuenta de que a veces las instituciones no lo saben todo y por eso se ahonda tanto en la investigación gracias al personaje de Houseman. Por mucho control que haya, el peligro está ahí acechando y no se sabe cuando podrá ocurrir, de forma que hay que atender a los científicos en momentos tan críticos como se demuestra aquí.


El protagonismo está bastante equilibrado entre los personajes principales, aunque veremos secuencias donde también cobran bastante importancia ciertos secundarios como sus familias y seres queridos. Por un lado están los de la misión y por otro los que escapan hacia un lugar seguro. En este segundo grupo veremos caras conocidas como Michael Peña, Charlie Plummer o un breve cameo de Donald Sutherland. Aún así son más bien personajes de relleno para ir alternando entre los principales y darles una razón de ser para seguir adelante. Realmente los secundarios no aportan gran cosa, aunque está interesante ver cómo reacciona la gente ante este tipo de situaciones.


Un blockbuster gigante

Moonfall es un título bastante ambicioso en la carrera de Emmerich y podemos ver elementos que ya son conocidos por sus títulos anteriores.Para esta ocasión ha contado con el trabajo del estudio Huayi Brothers, con los que han conseguido un resultado muy satisfactorio a la hora de recrear escenarios y realizar los efectos especiales que se requieren durante toda la cinta.

Al tratarse de un película que transcurre en buena parte en el espacio es necesario contar con una tecnología que esté a la altura de lo que se quiere mostrar. Quizás a alguna persona le recuerde un poco a Interestelar en ciertos aspectos, pero realmente no tienen nada que ver más allá de nexos comunes en la trama. Sin embargo hay que tener en cuenta como se va desarrollando la segunda mitad de la película, donde el director nos explica cómo la Luna ha llegado a esa situación y más detalles con los que se entiende la película. Hasta que llegamos a su final donde seguramente cada uno interprete de una manera u otra hacia donde ha querido adentrarse el director.




Así pues nos encontramos con uno de los grandes estrenos de este año y que era además uno de los más esperados. Muy recomendable ya que durante las dos horas de metraje tiene te lo vas a pasar genial, sobre todo porque a parte de hacerte pensar tiene momentos muy tensos, momentos bastante divertidos y momentos más dramáticos. Es una película con grandes facultades que ofrece un gran entretenimiento a niveles estratosféricos.

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