Han pasado cuarenta y dos años desde que Harrison Ford se puso por primera vez el sombrero más icónico de la historia del cine. Indiana Jones marcó un antes y un después para la carrera del actor, para las carreras de George Lucas y Steven Spielberg y para las vidas de cientos de fans que han sido fieles a la saga durante tantos años.
Ahora toca decir adiós a Indy con Indiana Jones y el dial del destino – una nueva historia que repasa toda la historia vivida por Indy, con nuevos personajes, viejos personajes, persecuciones acuáticas y terrestres, y nazis liándola mucho (nada nuevo que nos sorprenda).
Gracias a Disney ya hemos podido ver la película, y os contamos SIN SPOILERS qué nos ha parecido antes de que llegue a salas a partir de mañana. ¿Qué se puede esperar de Indiana Jones y el dial del destino?
Una aventura envuelta en nostalgia y viajes en el tiempo
La película recupera a un joven Indy en el prólogo, con un flashback lleno de acción y nazis durante una aventura en la Segunda Guerra Mundial. Un último vistazo al Indy más clásico, capaz de correr encima de trenes mientras da puñetazos y salta por puentes. Algo que el viejo de Indy ya no se ve capaz de hacer. El resto del film es un juego de los límites del propio personaje. Sigue siendo Indiana Jones, pero no puede hacer las locuras de siempre.
Es gracias a Phoebe Waller-Bridge que la acción se establece de forma constante y muy orgánica. La dinámica de los dos personajes funciona realmente bien; Waller-Bridge actuando como una especie de antagonista a ratos, pero con un lazo familiar muy cercano a Indy. Así es como la película puede avanzar, llevando el humor y aventuras por delante, pero sin olvidarse de la parte más personal.
Y como cualquiera de las otras películas de Indiana Jones (por lo menos las tres primeras), esta quinta parte se mantiene fiel a un tipo de historia donde predomina la acción, la comedia, las aventuras y la parte más mágica. Ese puntito de magia que tan bien ha funcionado siempre. Algo que en La calavera de cristal se desfasó en una locura de fantasía poco creíble. Sin embargo, en El dial del destino tiene un papel perfectamente ajustado a la historia y se juega cuando realmente es el momento. Y cuando es el momento: vaya momento.
Un adiós memorable en esencia con la saga
James Mangold se hace cargo de la dirección. Primera vez que pasa en la saga. El director no se sale de la estructura establecida por Spielberg, pero tampoco se limita a la hora de buscar caminos nuevos. No hay una sobre explicación de las cosas, ni cuentitis nostálgica o personajes superfluos. Todo tiene su momento para brillar, y todo se hace manteniendo una línea muy clara de destino: hacía un final suave, necesario y que a los más fans les emocionará.
Puede haber ciertos momentos previsibles, repeticiones un poco frustrantes y detalles sueltos sin explicación. Son cosas que se pasan por alto, y fácilmente, porque la película se recupera muy rápido de cada pequeño error gracias al ritmo frenético e inesperado.
El adiós de Indy es tal y como tenía que hacerse. Esa escena final funciona como gran cierre a una saga de películas que nunca ha dejado de sorprender. Indiana Jones y el dial del destino ya forma parte de esa saga, siendo otra aventura más para el icónico arqueólogo, con despedida incluida. Una despedida que recoge todo lo visto en su trayectoria, que se ríe de sus errores y brinda a los fans con una inolvidable experiencia para sumar a los maratones que se harán de toda la saga. Una saga que siempre será historia del cine.
- Anabel Estrella
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