No cumpliendo las expectativas con la audiencia y, mucho más importante, los fans, Santos Criminales ha llegado a nuestros cines para contarnos el origen del tan temido y admirado personaje de la serie de éxito de HBO.
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Al enterarse mucha gente de que esta película existía, hubo un gran furor y emoción, ya que muchísimas personas esperaban ver la increíble historia de su villano protagonista favorito; sin embargo, la cinta no ha hecho más que defraudar a sus espectadores, entre los que me incluyo.
Un guion corriente para una historia inigualable
Empezaremos por el principio. Anthony Soprano es un joven adolescente de familia italiana que vive en Newark, New Jersey. Tony es un chico al que podríamos llamar buena persona aparentemente, pero su tío Dickie Moltisanti es quien ejerce como influencia en su sobrino tras la amenaza de gánsteres a la familia DiMeo, y quien tiene que cuidar de todo lo que está en juego.
Esta es la premisa de la película. El guion de la película fue escrito por David Chase, el creador de la serie original. El argumento es bueno, y sólido, pero insuficiente para el calibre de toda la serie de los Soprano.
La fotografía de la película es extremadamente grisácea, que imagino que es lo que buscaban, pero hace la película demasiado homogénea y carente de algún tipo de comunicación a través del color, pues solo hay tonos grises y verdes agua.
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Se me hicieron extremadamente largos los primeros cincuenta minutos de la película: supone un montón de relleno de guion para justificar todo lo que pasa después – y no ocurre más que lo que el espectador espera de la propia escena. No se ha regalado ningún momentazo que haga saltar o revolverse un poco en la butaca de la emoción. Porque, si de algo carece esta película, es de eso.
El personaje del padre de Tony es casi como una sombra, al igual que la inverosímil participación de personajes de la serie original, pero claramente por un guiño a los fans… como un intento desesperado de captar su atención.
No me gustó nada el final ya que es de lo más obvio que se podría hacer.
En mi opinión, hay cosas que es mejor simplemente admirar el trayecto que tuvieron, y tenerlo como referente, ya que si se intenta exprimir todo el jugo del limón presionando muy fuerte, se acaba rompiendo.
– Daniel Blanco
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