Otro año más hemos asistido a la ya octava edición del festival de cine cutre de Madrid, más conocido como Cutrecon. Cada año gana más y más adeptos de esta religión del culto del cine malo no, malisimo, en su sexagésima potencia. Durante una semana el centro de Madrid se vuelve todo un caos en el que la gente entra a una sala de donde sale peor para el resto de sus vidas, porque lo que han visto… Es algo como lo que pasa en la Cutrecon, se queda en la Cutrecon. Horas y horas del más maravilloso peor cine, que en esta ocasión, la temática iba de monos.
Como digo, estos adeptos, hacían cola desde bien pronto en las diferentes sedes en las que tuvo lugar: Palacio de la Prensa, Casa del Reloj y Cineteca. Estos tres sitios cada vez se van quedando pequeños, porque el efecto que tiene este evento es exponencial y no para de crecer. Mientras muchas sesiones se agotaban las entradas, el público accedía a ver barbaridades como La leyenda del mono sagrado o Suburban Sasqtuach, ambas una delicia para cultivar la mente. Pero algunos fueron muy valientes al hacerse la maratón final donde destacaba El gorila ataca y Queen Kong.
Aunque el colofón del festival fueron los invitados que asistieron. Steven E. de Souza, guionista de películas como La jungla de cristal o Juez Dredd, que presentó una sesión inovidable de Street Fighter: la última batalla. También estuvo Robert Bronzi, el clon húngaro de Charles Bronson y que presentaba su película Death Kiss. Dos personalidades del cine que llenaron el evento, ya no solo con sus proyecciones, si no en el hall de los espacios donde se formaban colas largas para hacerse fotos con ellos. No obstante, hubo más actividades en las que dieron charlas más distendidas, a las que hay que sumar el documenrash presentado por Pedro Temboury en el que habla de la figura de Uwe Ball.
Además había stands donde se podía adquirir merchandising oficial del evento, así como diversos libros, películas y otros productos relacionados con el peor cine jamás distribuido. Allí se podían encontrar verdaderas maravillas editadas en España a buen precio, con lo que la diversión del evento estaba asegurada en casa los días posteriores.
Personalmente era mi primera vez en el evento, con lo que iba un poco a ciegas. Pero he de decir que me sorprendió y me gustó tanto que quiero repetir. El ambiente era muy bueno y estaba muy bien organizado en todo momento. Quizás lo único, que en mi opinión, debería de poder ubicarse el evento en un único lugar.
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