Un largometraje que mezcla acción y comedia. "Venom: El último baile" es la entrega más emocional de la franquicia del simbionte. Escrita y dirigida por Kelly Marcel, esta nueva película lleva a Venom y a su huésped, Eddie Brock (Tom Hardy), a una encrucijada que pondrá a prueba su vínculo único y su lugar en un mundo que aún
los teme.
La historia comienza con uno de los protagonistas en un momento de introspección tras años conviviendo con el simbionte Venom. Los enfrentamientos anteriores han dejado cicatrices, no solo físicas, sino emocionales, que ambos personajes intentan superar. Todo se complica cuando aparece un nuevo antagonista, Knull, que amenaza con desatar el caos en la ciudad, haciendo que los protagonistas se enfrenten a este peligro y a sus propios conflictos internos. ¿Pueden coexistir cuando todo parece empujarlos hacia caminos diferentes?
Desde las primeras escenas, la obra establece su tono con una mezcla de comedia y drama. La relación entre Eddie y Venom sigue siendo el corazón de la historia, con diálogos cargados de sarcasmo y complicidad. Sin embargo, el enfoque profundiza más en la conexión emocional entre ambos, explorando qué significa depender mutuamente para sobrevivir.
Tráiler oficial de "Venom: El último baile". | YouTube
La primera escena marca el ritmo: Eddie y Venom discuten sobre su futuro mientras intentan detener un atraco. La conversación no solo es hilarante, sino que también insinúa una grieta en su relación, algo que se desarrollará a lo largo de la película. El "último baile" del título no solo promete acción espectacular, sino también una despedida simbólica, un cierre emocional que redefine lo que significa ser un antihéroe.
Los puntos de giro indican el género de la película. Estos se producen cada vez que Eddie y Venom enfrentan a una nueva amenaza relacionada con el villano principal, y especialmente en los encuentros directos con este antagonista, que revelan capas inesperadas tanto de la trama como de los personajes.
En cuanto a la estructura narrativa, la trama principal se desarrolla de manera pesada, principalmente debido al ritmo, que tarda en llegar a lo esencial. Esto puede generar una sensación de lentitud en los dos primeros actos, lo cual podría haber beneficiado de un mayor dinamismo para mantener la tensión. Por otro lado, las subtramas que involucran a las víctimas del antagonista son cruciales para enriquecer la narrativa, proporcionando a Eddie y Venom la motivación emocional para seguir luchando y ayudando a poner en perspectiva los horrores de Knull.
Los conflictos de los protagonistas se desarrollan de forma efectiva. Estos incluyen un conflicto básico, centrado en la lucha por detener al villano antes de que cumpla su plan; el conflicto interno, donde Eddie se enfrenta a sus dudas sobre seguir siendo huésped; y el conflicto de relación, que explora cómo la conexión entre ambos evoluciona bajo la presión de la crisis, poniendo en juego el vínculo emocional que es el núcleo de la saga.
"Venom: El último baile" ofrece un cierre satisfactorio, aunque algo abrupto. Kelly Marcel logra equilibrar la acción con una resolución emocional, centrada en un posible cambio con Venom. Aunque algunos/as podrían esperar un final más grandioso, la película opta por un desenlace más reflexivo, cerrando de manera adecuada el viaje de los protagonistas.
En resumen, se trata de una obra cinematográfica ideal para amantes de la acción y la ciencia ficción, recomendada especialmente por su dirección.
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