Con sólo ver los títulos de crédito, ya sabemos que nos enfrentamos a un equipo que nunca defrauda, cuando Ryan Murphy (el genio creador de American Horror Story) y Evan Peters (uno de los actores fetiche de la saga) se juntan, sólo pueden salir cosas magistrales, Dahmer es una de ellas.
Dahmer es una serie que desde el primer momento genera una atmósfera incómoda, no voy a descubriros nada nuevo, ni hacer spoilers. De hecho, recomiendo conocer la historia real de Jeffrey Dahmer para saber a qué nos estamos enfrentando. No es la primera vez que se trata en el cine la historia del carnicero de Milwakee o en series – en Mentes Criminales se menciona a Dahmer de manera recurrente.
El caso de Dahmer fue una conmoción no sólo por los asesinatos, sino por el abandono de sus padres, de la sociedad y las negligencias por parte de la policia.
Evan Peters realiza un trabajo magistral. No soy objetiva, me parece un actor que llegará muy lejos, en cada uno de sus papeles se ha ido superando, pero en el caso de Dahmer, logra conseguir helarnos con la mirada, la caracterización es muy detallista, lo que unido a una gran fotografía y ambientación nos lleven a sentir esa atmósfera oscura, turbia, sucia, en definitiva, estar en la mente del asesino.
La serie hace un uso (quizá excesivo) de saltos en el tiempo, de hecho, la historia comienza al final, para contarnos todo sobre Dahmer, usando cada uno de los episodios para hablar de los “protagonistas involuntarios” de su macabra historia.
En Dahmer, Murphy no escatima en detalles, ni romantiza al asesino, cuenta una historia real, desde los dos lados, el asesino y sus víctimas y nos detalla un retrato psicológico de la construcción de este asesino, digno de Mindhunter o Mentes Criminales.
Dahmer se convierte, por tanto, en una de las series del año. Con sus 10 episodios te deja enganchado a la pantalla, deseando saber qué sucederá a continuación, aunque ya lo sepamos los que conocemos la historia, No os la perdáis.
– Angélica Dueña
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