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'Dando la nota', no queremos una cuarta

Estas películas son todo un conjunto de elementos disfrutables para aquellos amantes del género musical. Además de vómitos, bromas sexistas, tópicos universitarios y chistes sobre la obesidad; encontramos canciones que asombran por su gran manejo y adaptación a la técnica a capela. Pero de esto, hablaremos más adelante.

Son comedias que cumplen con el objetivo de entretener y que cuentan con un buen soundtrack. Aun así, su fórmula se va deteriorando y pierden el sentido narrativo que tomaron de la primera. No son malas películas en un determinado tipo de cine, pero al analizar esos meros detalles llegamos a una conclusión: no necesitamos ni queremos una cuarta parte. Esto mismo hubiera quedado  igual de bien en referencia a la tercera, que más que añadir contenido, sirvió como estorbo en determinadas cuestiones. ‘Dando la nota’ es una saga de películas que se balancea mucho, pero ¿por qué? Ahora mismo lo vemos.

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DANDO LA NOTA (2012)

Nos presentó un mundo poco conocido por los universitarios y público español, pero bastante más común para la audiencia estadounidense.

La historia arranca con un inicio corpóreo que introduce bien el problema concreto de los personajes. Los acontecimientos son previsibles y no es difícil deducir el objetivo de la película, sin embargo, mantiene al espectador atrapado y en cierto modo no pierde demasiada continuidad. Doy fe de que la razón está en el recurrente humor que contiene la cinta. Las situaciones cómicas se dan en todo momento a raíz de las interacciones entre los personajes, sobre todo contenido en el grupo de las protagonistas, lo que añade a las secuencias una esencia distintiva y amena.

De hecho, Lily es quizá el mejor recurso conseguido. Sus aportaciones a base de comentarios  espontáneos rompen, e incluso destacan por encima de las improvisaciones de Rebel Wilson. Su interpretación tampoco se queda corta – casi siempre incita a la risa – y contrasta a la perfección con el de Hana Mae Lee.

Personajes

 

Debo hacer hincapié en el casting que da vida a Las Bellas. La producción ha logrado reunir a un grupo de personalidades variopintas de lo más acertadas, que tienen una química explosiva; algo presente entre Beca y Aubrey, cuya relación no se desarrolla del todo bien. Incluso con un poco más de profundidad y mala leche centrada en estos personajes, podríamos haber presenciado alguna escena interesante que aumentase la tensión del guión.

Pitch Perfect

Me hubiese gustado ver también un poco más de evolución en Chloe y por otro lado, menos en el papel de Jesse. La historia de amor junto a Beca es un añadido para meter subtrama romántica, lo cual no está mal. El problema que yo veo es el poco interés que ponen en los encuentros o la falta de desarrollo circunstancial interactiva entre ambos.

Para cerrar el tema personajes, hago mención a las aportaciones de John y Gaile (John Michael Higgins y Elizabeth Banks), cuyos comentarios denigrantes y despreocupados se encuentran fuera de lugar y lo único que hacen es frenar el ritmo de la película.

Lo que nubla todos estos errores es…

La música

 

En este punto, es diferente de la mayoría de musicales, porque no depende de una instrumental donde se apoyan las secuencias improvisadas. Al contrario, el fondo musical se basa en la melodía principal para seguir el ritmo.

La mezcla de canciones hace aún más atractiva la música. Las adaptaciones están bien logradas y encuentran la armonía del elenco; se nota el esfuerzo. Me atrevo a decir que el Riff Off está entre las mejores actuaciones de la película, momento en el que Anna Kendrick nos deja a todos sentaditos y aplaudiendo, por cierto. Los números se van superando según avanza la cinta: proporcionan frescura y movimiento a medida que se desenvuelven sobre los personajes.

La película insiste en un tema concreto: la presión paternal.

El ansia de perfección que limita a determinados personajes – claro ejemplo en Beca y Aubrey – provocando asperezas entre el conjunto femenino. Todos estos conflictos reprimidos terminan explotando y dan lugar a la modernización de Las Bellas como tal. Beca adapta su talento creativo al grupo e introduce un nuevo estilo del canto acapella incorporando mezclas de canciones y se convierten en el coro más original del campus.

Detrás de las bromas y demás cuestiones, es un film con objetivos varios: ser uno mismo, seguir tus pasiones, probar nuevas experiencias, tomar riesgos, etc. Incluir tópicos como la superación personal o valoración de habilidades puede resultar repetitivo, pero no deja de ser importante. Encima añade buena música, comedia y personajes atractivos, por tanto, tampoco va mal encaminada.

DANDO LA NOTA: AUN MÁS ALTO (2015)

¿Fue mejor, igual o peor? Antes de continuar, dejemos claro un punto: EMPLEA LA MISMA ESTRUCTURA QUE LA PRIMERA ENTREGA. EXACTA (analizarla a fondo y ya veréis que es igual).

Precisamente, por eso funciona y se mantiene al nivel de la anterior. Los puntos de giro de las escenas, así como los detonantes narrativos no muestran nada innovador respecto a lo ya visto. Actúan porque imitan el guion de la predecesora. Vamos, que no tuvieron que comerse demasiado el coco para esta historia. Aun así, disfruté más de esta segunda parte y presento mis motivos.

Para empezar.

Música

 

Supera con creces la de 2012. Flashlight (siento el coloquialismo excesivo) mola. Los números están mejor planteados y trabajados; hay más armonía en el reparto y es notable. A esto se añade el montaje, que juega un papel vital. Es rápido y aporta movimiento. De todos modos, no es tampoco algo que cambie demasiado en comparación a la anterior.

Composición histórica

 

Me viene de perlas para hablar más delante de otra cuestión fundamental. ‘Dando la nota 2’ no pierde frescura; el complot que forma la cinta (humor, personajes, música, etc) la hace suficientemente entretenida. El guión no se complica en cuanto a tesis – lo dicho, muy similar a la primera – y toma el clásico estilo universitario, donde los personajes son estereotipados, por mucho que sean entrañables para el público.

Punto para la película. Hay justificación para realizar esta segunda parte, que recoge el sentido de la anterior y toma la historia medianamente bien sin forzar demasiado la trama. La cinta fluye mejor por los escenarios más distintivos y menos repetitivos. La Universidad de Barden es poco utilizada y se agradece. Una nueva historia – que se supone ha madurado – necesita ambientes actualizados. Ayuda al panorama, aunque sea de manera inconsciente.

Tema personajes

 

Al mismo tiempo, bien y mal. Se centra más en Beca y previsiones para su futuro en la música, pero se expande el foco al resto de personajes. Específicamente a Chloe y sus problemas para los cambios, Amy y su relación con Bumper – que debo añadir fue improvisada por ambos actores – y Emily y la necesidad de sentirse parte del grupo.

El personaje de Hailee Steinfield sirve para introducir nuevas caras y aportar descoco a Las Bellas. Flo, pues más de lo mismo. Utilizan una técnica que yo llamo “copia y pega.” No me entendáis mal, pero su aportación no es más que un relleno para acentuar los comentarios de Lily y añadir un poco de diversidad al reparto.

Un problema que encuentro en la subtrama es la relación entre Jesse y Beca, – de nuevo – que pierde la poca química con la que vino (nunca demasiada) y que ya veremos cómo desenlaza. Kendrick y Astin no tienen nexo de unión (por decirlo de alguna manera) y tampoco es que el guion se esfuerce por lograrlo.

Por último, el resurgir de Aubrey no es del todo atractivo y desajusta la trama, más allá de ser una pequeña sorpresa. Parece como si los guionistas no pudieran desprenderse de personajes que ya no son necesarios. De la misma manera, no recupera los protagonistas de la primera que sí habría estado bien ver.

El mensaje es cristalino: todo lo bueno acaba, pero debes seguir adelante. No te estanques en el pasado y vive el presente.

‘Dando la nota: aún más alto’ es una digna secuela que obedece con lo propuesto y hace pasar un gran rato. Mantiene el buen rollo que aportan los personajes, momentos musicales, escenarios cargados de humor y bromas subidas de tono hasta alcanzar lo inapropiado. Hay pequeños fallos, pero no sobrepasan lo que quiere mostrar la historia y pasan desapercibidos. Por tanto, no la consideremos una continuación fallida.

Para fallos, hablando ya serios, tenemos la inútil y olvidada…

DANDO LA NOTA 3 (2017)

¿Qué necesidad había de prolongar aún más esta historia? Respuesta: ninguna. La película no va a nada en concreto, es como si el guión se hubiese escrito de un día para otro. Es disperso y sin sentido.

Las Bellas han perdido su aca-gracia

 

Para empezar, nos encontramos ante unos personajes, que más que evolucionados después de la entrega anterior, vuelven hacia atrás. Este recurso de dependencia del pasado se usa únicamente como motivo para hacer una nueva aventura de Las Bellas, que – de nuevo – tienen que volver a ganar una competición musical para sentirse realizadas. El público ya se cansa de siempre lo mismo, por muchas bromas o numeritos a capela que nos brinde la película.

Adiós a algunos personajes

 

Desaparecen Jesse (un acierto por mi parte), Bumper, Benji o Stacie, pero recuperan a Anna Camp para intentar desarrollar un poco más su rol, que quedó suelto después de la primera cinta. El guión descuida otras posibles subtramas en cuanto a cambios y progresos de personajes. Son neutros y sus apariciones no son más que puro relleno para impulsar la trama a lo que realmente quiere dirigirse; BECA. Cuestión que trataré en breve.

Chloe tiene un papel poco significativo que carece de importancia y frena los acontecimientos, cuando en las dos anteriores era precisamente el personaje que impulsaba la mayor parte de los cambios. Lo aprendido en la historia anterior sobre superación y dejar atrás el pasado, se olvida por completo. Interviene de forma exclusiva para hacer sombra a Beca y “darle su apoyo.”

Si en cuanto a personajes hay para dar y tomar. Por poner, meten hasta un mafioso que resulta ser nada menos que el padre de Amy la Gorda. Todo muy lógico y esperado. ¿Qué ya no hay interés romántico porque no están ni Jesse ni Bumper ni Benji? No pasa nada. Colocamos a un militar buenorro que tenga cero química con un personaje al que le falta un desarrollo importante.

Si es que la propia Anna Kendrick se negó a considerar a Theo su nuevo interés romántico. El objetivo de este personaje era precisamente ese; introducir una nueva trama amorosa. Demos las gracias a Anna por haberse negado. No una vez, ni dos ni tres. Digamos que casi lo tuvo que dar por escrito.

Si os quedasteis con ganas de ver más sobre Bumper y Amy, en Netflix tenéis la cinta ‘Isn’t It Romantic’, que es prácticamente una continuación de la historia de amor de estos personajes.

La música

 

Obviamente, es mucho peor. Falta ese elemento sorpresa. A diferencia de las anteriores, no presenta nada nuevo. Los tan aclamados Riff Off se rompen en esta tercera parte y pasa a formar parte de una de las secuencias más innecesarias de la película – como si no hubiera ya suficientes – que podían haber suprimido sin problemas.

Ahora bien, no todo en la cinta es molesto. El mensaje que partió de la primera cinta se ha mantenido de algún modo. El avance de Beca se ha llevado bien. Creo que es de lo mejor plasmado. El personaje continúa luchando  por su pasión de producir música y el viaje con Las Bellas le abre las puertas a su sueño, aunque sigo pensando que la historia quería dirigirse ahí de primeras e hizo todo lo posible (sin muchas complicaciones) por lograrlo. Es como si no hubiese verdaderos obstáculos para aprender de los errores.

NO ERA NECESARIA UNA TERCERA PARTE. Lo mínimo que podían haber hecho era trabajarse más el guion y la música, porque es un completo desastre y se desmorona por todos lados.

Estas películas tienen poca vergüenza para reírse de forma sana – no siempre – de las críticas y demandas de la sociedad por la búsqueda de la perfección. Son consideradas comedias fallidas – con la tercera doy la razón -, pero creo son unas producciones que intentan ajustarse a todo tipo de público; cuenta con bromas que no dejan de aparte la sonrisa prominente del espectador, gracias justas adecuadas a las tramas y ocurrencias de los intérpretes, y buenos números musicales.

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El peso específico recae en las mujeres que dan caña con sus personalidades heterogéneas combinadas correctamente. Son películas que si analizas en profundidad, encuentras enseñanzas que – personalmente – valoro como esenciales en el mundo en que vivimos. Sobre todo para los que se inclinan hacia el arte de la creación e innovación como profesión, muy poco reconocido en la sociedad.

No la tratemos como una saga perfecta, porque no lo es, pero cuenta con suficientes momentos memorables como para recordarla. Con tres películas (dos) estamos bien, no queremos una cuarta.

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