Spider-Man ha sido siempre uno de los más grandes y carismáticos héroes de Marvel. La llegada de Miles Morales como nuevo trepamuros y su historia nos recordaba mucho a la de Peter Parker y, si nos ceñimos al multiverso, encontramos diversas y fenómenas encarnaciones del personaje.
Una de esas versiones es la de Spider-Gwen. La hija del Capitán Stacey que se transforma en la intrépida heroína arácnida que aprendió que: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” con la terrible muerte de Peter Parker.
El segundo volúmen nos presenta a Gwen, intentando recuperar sus poderes y ycon los problemas habituales de una adolescente aunque, más de los que Perter Parker tenía en su época. Al frente de esta historia nos encontramos con diversos villanos del spiderverse que aquí también como es lógico, tienen su contrapartida. Fran Castle, desatado y expeditivo trata de ir a por Stacy y su hija, quiere que pague por encubrirla y hará lo que sea necesario. Hasta cobrarse un favor del mismísimo Kraven.
Pero los problemas para la heroína no terminan aquí ya que, Kingpin pretende, aprovechando que no tiene sus poderes, tenerla de su lado y resolviendo los problemas legales con su padre además de dándole una solución para disponer de sus habilidades. Pero como todo trato con el rey del crimen, tiene un precio. Y Gwen no está segura de poder asumir el coste.
Siendo sincero, el dibujo de Rodríguesz aunque deudor o inspirado por la rockstar Paul Pope resulta excelente y dinámico. Casi tan de serie de animación que va acorde con el ritmo trepidante en el que te sumerge Jason Latour y que te atrapa casi nada más empezar a desarrollarse el tomo. Si algo además, es remarcable de Spider-Gwen es que tiene presonalidad propia, al margen de ser una variante de la clásica Stacey que todo el mundo recuerda y con un alcance que va mucho más alla.
No es como Miles Morales que, puede resultar como digno heredero de Spider-Man, no. Es una heroina diferente y por derecho propio que ha encandilado a los fans más acérrimos y a nuevos/as lectores/as con su dinamismo y presentando un personaje al igual que ya lo hicera el bueno de Pete, problemas a los que se enfrenta cualquier adolescente pero, desde un ángulo más actual y representativo. Pero su rol como luchadora contra el crimen es otra historia, no se la puede equiparar al trepamuros o a Spider-Woman, porque no lo es. Y eso, es lo que la hace tan especial.
Es fresca, es atrevida e impulsiva. En el mundo de Spider-Gwen no sólo habitan personajes divertidos, estrafalarios ni corren aventuras emocionantes. Es que, en él todo se sale de madre, todo es frenético y propio de cada uno de los protagonistas, es tan excesivo y pasan tantas cosas en tan poco tiempo que cuando lo lees, no puedes esperar al siguiente capítulo, lo necesitas. Y yo ya estoy que ansío a que Panini saque el tercer volúmen. Todos queremos a Gwen.
Comments