Con una taquilla española parcialmente reactivada gracias a Padre no hay más que uno 2, nuevos filmes made in Spain se atreven a asomarse a la gran pantalla. Es el caso de Las niñas, el debut cinematográfico de Pilar Palomero que tuvo su preestreno en la pasada edición de la Berlinale. En febrero se ganó el aprecio del público berlinés y la crítica internacional, pero no será hasta el 4 de septiembre cuando aterrice en nuestras salas de cine.
Desde la perspectiva de Celia, una niña de once años, nos sumergimos en una generación que merendaba con Los Fruittis, se reunía para escuchar música en radiocasetes y trasnochaba con el programa de Raffaella Carrà. El contexto de 1992 y un colegio de monjas sirven, además, para mostrar ese contraste social entre lo correcto y lo prohibido, lo eternamente anhelado y la inocencia que se escapa entre los dedos de la pequeña.
En esencia, la obra de Pilar Palomero es un fiel retrato de las niñas que crecieron en los noventa, una mezcla de luz y oscuridad que desarrolla la crítica hacia las expectativas impuestas sobre las mujeres de aquella época. Lo hace desde la educación católica (e inherentemente machista) que recibe Celia, pero también mediante los rumores que surgen dentro del colegio y los retos a los que ha de enfrentarse la madre de Celia como madre soltera.
Con una banda sonora que mezcla hits de la época con música original y un encuadre que rara vez supera el plano medio, la pantalla nos transporta inmediatamente a la vida de Celia. Las niñas se transforma casi en una experiencia íntima, donde el espectador observa a la niña como si de una mirilla se tratase. Sin embargo, es precisamente en ese relato intimista que la línea argumental se desdibuja. Somos testigos de la vida de Celia, pero la falta de evolución tanto en la trama como en el personaje deja un sabor agridulce cuando el film da su nota final.
Andrea Fandos (quien ya se estrenó en el audiovisual con el corto La comulgante) da vida a la inocencia personificada con el papel de Celia, envolviéndonos en la película desde su primer fotograma. Natalia de Molina, en la piel de la madre de Celia, transmite a la perfección la culpa y la vergüenza que acarrea su personaje, recordándonos en cierto modo a su participación en Animales sin collar. Las dos protagonistas están arropadas por un grupo de amigas entre las que destacan Brisa (Zoe Arnao) y Cris (Julia Sierra), siendo estas el contraste de experiencia y aceptación que necesita la pequeña dentro de su entorno.
En líneas generales, Las niñas es esa vuelta a los 90 que no sabías que necesitabas, con la que puedes apreciar en cierto modo el presente conforme rememoras alguno de los mejores momentos de la infancia.
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