La ópera prima de Luc Knowles se llama Libélulas, y está protagonizada por Milena Smit, Olivia Baglivi, Pol Hermoso y Gonzalo Herrero. Es una historia que sigue a dos amigas que han soñado con irse del barrio desde hace tiempo. Juntas, sobrellevan el día a día de su realidad hasta que un día deciden planear su huida para irse lejos en busca de una mejor vida.
Esta historia, que ya sea por su estilo visual o temas planteados y como llega a exponerlos, pone a directores como Sean Baker (The Florida Project) y Xavier Dolan (Mommy) como modelos a seguir para esta producción de sello español. Tal y como ocurre en las mismas, Libélulas presenta la crudeza de una realidad que se desenvuelve en un arco visual que quiere ser bonito. Puede serlo por los conflictos de sus protagonistas o como se encuentran esos momentos de esperanza entre lo amargo de ese retrato social.
Entre los planos muy cerrados que invaden la privacidad de los personajes, Knowles consigue encontrar la parte más humana de Álex (Baglivi) y Cata (Smit) con los diálogos; cargados de cinismo, palabrotas y reproches, sí. Pero también cargados de anhelos, de desesperación y de sueños. “Todos queremos mejorar. Todos tenemos sueños. Todos tenemos amigos. Todos tenemos padres. Todos tenemos parejas”, nos cuenta el director durante el pase de prensa. “Es ese momento en la vida en el que tu pequeña burbuja se desmorona porque tienes que tomar decisiones que van a afectar directamente a lo que va a ser tu vida futura.”
Libélulas es un retrato de la España más olvidada. Aquella en la que los jóvenes no tienen expectativas de futuro, ni trabajo, ni esperanzas. Knowles no considera que sea una película autobiográfica hasta cierto puerto y habla de la historia como “un conjunto de momentos que has oído, has vivido, has visto y otros te los inventas”, insistiendo en todos ellos como objetivo para retratar una generación que tiene que pasar de la juventud a la madurez.
En la historia predominan las drogas, los desnudos, las fiestas, el alcohol y las palabrotas. Pero, ante todo, está por delante una historia de amistad entre Álex y Cata. Aquí se encuentra el corazón de Libélulas. La conexión inmediata que hay entre Milena Smit y Olivia Baglivi lanza la parte más romántica de la película entre toda esa vorágine depresiva del ambiente. Es, definitivamente, lo que mueve al público a querer indagar más allá de una historia que desprende poca esperanza en lo que retrata.
“Creo que la película habla de sentimientos y emociones universales que todo el mundo puede compartir”, dice Baglivi en nuestra entrevista, “El tono y el código de Luc era muy interesante. Al final, es un drama social con un punto de documental que también es otra exigencia más para el actor.”
Ese punto documental que menciona Baglivi es otra de las razones que convierte Libélulas en una peculiar producción, donde los paisajes encuentran su belleza en el color y el movimiento de cámara a pesar de lo que esté en pantalla. Ese punto que se acerca a un cine más americano por el uso del color, el tipo de montaje o el formato de historia y ambiente (personajes viviendo en caravanas aparcadas en descampados) se anula con la música. En lo que un personaje se debate entre una decisión u otra mientras recorre el barrio, un ritmo flamenco acompaña sus pasos, para firmemente asegurar la casa de la película.
No hay que esperar mucho más para explorar la historia de Álex y Cata. Este viernes 16 de septiembre llega a cines el debut de Luc Knowles, Libélulas, protagonizada por Milena Smit, Olivia Baglivi.
Aquí puedes encontrar nuestras entrevistas al director y reparto principal de la película.
– Anabel Estrella
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