Nostalgia, humor, y tensión, así es el nuevo estreno español, Mañana es Hoy, que se ha convertido en la primera película de nuestro país original de Amazon Prime Video, y que desde el pasado viernes 2 de diciembre, de manera exclusiva ya son muchos los que han disfrutado de su entretenida trama.
¿Quién no echa de menos aquellos maravillosos años 90? Pues tranquilo, que esta película te hará retroceder, aunque no por mucho tiempo. Y es que, este guión cómico y trágico realizado por los grandes Nacho G. Velilla, Oriol de Papel y David S. Olivas, os hará meteros de lleno en la historia de la familia Gaspar y su intento de vacaciones en la playa que acaba convirtiéndose en un viaje en el tiempo. Y es que, como diría Cristina y Los Stop allá por el 1967, “Tres cosas hay en la vida salud, dinero y amor”, pero, ¿por cuanto tiempo?
Una españolada más, que no en plan mal ¿eh? sino, una película que más española no puede ser. Y es que, esta comedia con toques misteriosos, e incluso me atrevería decir de ciencia ficción, está protagonizada por la ya más que conocida Carmen Machi, Javier Gutierrez, Carla Díaz, y Asier Rikarte como protagonistas, y con apariciones estelares como la de Antonia San Juan, Silvia Abril, Pepón Nieto o Mina El Hammani, entre otros. ¿Con este reparto que esperabas?
Una tragicomedia crítica y cotidiana
Acostumbrados a las míticas comedias españolas, esta en cuestión, sorprende bastante desde principio. No somos conscientes de lo que ha tenido que suponer para nuestros abuelos y padres los grandes cambios que han ido surgiendo desde antes de los años 90, y aunque parezcan solo 30 años si nos situamos en el 1991 de la trama, probablemente la reacción sería completamente igual a la que los protagonistas sufren.
Nos situamos en verano, neveras, sombrillas, calor, toallas, sillas, mesas, chanclas, gorros y demás enseres que me ocuparían más de 10 folios, vamos, un manual puro y duro. Estoy segura de que estás suspirando recordando a tu madre gritándote desde la orilla… ¡Aún no has hecho la digestión! ¡Ponte crema, te vas a quemar! ¡No venimos más como no te comas el bocadillo! Pues así comienza la película, la familia Gaspar directa a unas vacaciones de ensueño, aunque probablemente ellos hubieran preferido que quedara en eso, un sueño.
Tras muchos gritos, y desacuerdos, José Luis, el padre controlador y estricto, Rodrigo, el hijo que respira por inercia, la hija Lulú que no quiere separarse de su pareja, y la madre, Pilar, consiguen llegar a la playa con tan mala suerte de que una tormenta eléctrica se los “traga” y les escupe unos 30 años más tarde. ¡Todo ha cambiado! Familia: ¡Bienvenidos a 2022! Aunque… aquí falta alguien, ¿no?
La situación, que parecía no poder ser mucho más confusa, hace que te vuelvas un poco loco con la gran incógnita y las miles de preguntas que la familia deberá resolver, y es que por desgracia, estancados mentalmente en 1991, y con una capacidad de trabajo en equipo, nefasta, tirarán por tierra el refrán “la familia que crece unida, permanecerá unida”, hasta pasados varios y largos minutos de la trama. Aquí hay drama para rato.
Lo bueno nunca falla, aunque a veces aburre
Mágicas, así describiría las escenas que como buen cine español deben de estar siempre presentes. Porque como dijo, dice y dirá mi abuela “Si algo es bueno, no lo dejes escapar“. Y qué gran verdad. Los grandes momentos que nos regalan Silvia Abril y Antonia San Juan son de agradecer, ya que si por separado son una bomba, juntas y con Machi son una fábrica de fuegos artificiales. Humor básico, sí, pero es que no se necesita mucho más, la película y la trama lo piden a gritos.
Estas dos “brujas” que ayudan a la familia a poder resolver el gran dilema de la película: volver todos a sus amados años 90, hacen que el espectador se situé nuevamente en el drama y recuerde que está viendo una comedia sin muchos quebramientos de cabeza. Y es que, esto lo resalto debido a que si no eres muy amante del humor más básico de nuestro país, te aviso que esto no es para ti, ya que sin este trío muchas escenas hacen de la trama algo inconexo y aburrido.
Y es que, sin duda alguna, se trata de un viaje emocional que no solo os trasladará a aquella época de cabinas, teléfonos fijos con cable, y televisiones que ocupaban medio salón, si no que también, os hará reflexionar acerca de todas aquellas cosas que hemos ganado y/o perdido y de lo maravilloso o desagradable que ha supuesto la transición ideológica, material y social para cada uno de los miembros de nuestra familia.
En definitiva, una trama familiar para un domingo muy friolero en esta época invernal que ayudará a pasar una tarde en familia mucho más divertida y entretenida rodeada de nostalgia, tensión y risas.
Ana Egea
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