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“Memento Mori”: Sexo, violencia y oscuros secretos en la nueva serie de Prime Video

Basado en el libro de César Pérez Gellida, ‘Memento Mori’ es una investigación a contrarreloj por las calles de Valladolid que dejará actuaciones impresionantes, una fotografía sobrecogedora y una banda sonora que te tendrá tarareando por horas.


En medio de la transitoriedad de la vida, existe una poderosa y universal verdad que a menudo ignoramos: tarde o temprano, todos enfrentamos nuestra propia mortalidad. Este hecho fundamental inspira el concepto de “Memento Mori”, una expresión en latín que significa “recuerda que morirás”. Este pensamiento filosófico, que se originó en la antigua Roma, es la base de una reflexión sobre la finitud de la existencia y a vivir cada momento al máximo.

O al menos, hasta que llegue alguien a ponerle fin.

Tras rumores sobre cuándo iba a ser su fecha de estreno, ‘Memento Mori’, serie basada en el primer libro del mismo nombre de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, se estrena en Amazon Prime Video el viernes, 27 de octubre. Tras un tráiler que no deja indiferente a nadie, hemos tenido ocasión de poder disfrutar de la serie en exclusiva.

Os comentamos por qué creemos que va a ser una de las series españolas del año.

Valladolid, ciudad negra

Con el escenario de la ciudad castellanoleonesa de fondo, nos situamos en una fría mañana de domingo. A orillas del Puente de Santa Teresa, la policía descubre el cadáver de una joven con los párpados mutilados. Escondido dentro de su boca, un fragmento de poesía da comienzo a un thriller policiaco que dará poco respiro al espectador.

En una persecución que se mueve en un montaje casi paralelo: una mezcla entre pasado y presente, entre la comisaria y la casa de Augusto, con las calle como testigo de la aceleración en la trama (con unos planos cenitales que dan una panorámica diferente, tan angustiante como bella al mismo tiempo).

Valladolid es un personaje más en la historia, llevándonos a explorar todos los rincones de la ciudad donde los protagonistas tienen vínculos emocionales: el Patrio Herreriano, Fuente Dorada, Plaza de España… se funden con la trama y toman el cariz oscuro y tétrico que conllevan los macabros asesinatos que se están desarrollando en su interior.

Una canción para cada momento, un momento para cada canción


Unos crímenes que tienen banda sonora. La música cobra un papel fundamental a lo largo de la serie, sobre todo por el lado del mal. Melodías más clásicos e indies (Love of Lesbian, Vetusta Morla…) ponen el tono más pausado y sentimental, entrelazados con ritmos más metaleros como Rammstein, Héroes del Silencio o Bunbury para los momentos de “acción” y violencia.

Hay que destacar un momento en especial cuya intensidad pone el vello de punta: una escena delante del espejo, con Augusto mirando fijamente a la pantalla y cantando “Bravo” de Nacho Vegas y Bunbury, que te deja ver la complejidad del personaje y los traumas que hay detrás (apoyado virtuosamente por la letra). Sin duda, una declaración de intenciones.

El juego del perro, el gato y el ratón



Y es que Yon González, encargado de interpretar al psicótico Augusto Ledesma, aquí brilla con luz propia. Con una actuación bastante alejada a lo que acostumbra a hacer, es el personaje que más peso coge en la narración, no sólo por la importancia, sino por la manera en la que se come las escenas en las que aparece.

Pero también tenemos a su oponente en esta batalla, el Sherlock de su Moriarty: Ramiro Sancho, interpretado por Francisco Ortiz, supone el contrapunto en este thriller policiaco. La antítesis de Augusto, la manera de presentarlo ante el espectador es totalmente diferente: mientras que en Ledesma predomina la violencia y lo animal, en el caso de Sancho es todo mucho más emocional, tanto a su carga de trabajo como a la enfermedad de su madre.


Esta manera de diferenciar ambos polos se hace incluso patente a la hora de representar las escenas de sexo, tintando en su montaje paralelo dos maneras de relacionarse muy diferentes entre sí.

Ambos actores, unidos a los personajes de “Carapocha” (Juan Echanove) y Violeta (Olivia Baglivi), que también tienen un millón de aristas y secretos, son el broche de oro a una serie bien construida y estructura, con una mezcla perfecta entre planos detalles y grandes planos generales, y con un final abierto que invita a una segunda temporada que ya estamos deseando que se confirme.







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