Lo reconozco, cuando la novela Orgullo y Prejuicio y Zombis llegó a la librería me entraron unos sudores fríos muy malos. ¿Quién era Seth Grahame-Smith y por qué demonios había violado uno de mis clásicos favoritos?¿Qué mal fumada era esa?
Prejuicios… A lo Mr. Darcy: me invadieron los prejuicios. Y, gracias a esta película, se fueron todos al garete.
Fui como novia solidaria, acompañando a friki desatado. Al final de la cinta, la desatada era yo y mi cara de felicidad absoluta: así de bien me lo pasé.
Creo que cuando alguien acude a la sala de cine a ver una película con ese título, sabe que lo que va a encontrar es una zombificación del clásico de Jane Austen (y, sino, pues coge el libro de la editorial Umbriel, le da la vuelta, se lee el argumento e ilumina su espíritu). Lo que no sabe -lo mismo si te has leído el libro sí, yo sólo la primera página y con mucho cuidado, que soy austeniana purista, pero muy maja, ¿eh?- es que las Bennet son unas jodidas ninjas que ya quisieran las tortugas mutantes adolescentes.
El equilibrio entre los elementos claves de la novela, contexto, tipología y características de los personajes, argumento, blablabla, y esa otra mitad fantástica, hilarante y burlesca (porque quien ideo tal cosa le tenía ganas al clásico, como mucha gente, y, sí, lo ha dado todo y lo ha dado bien) es lo suficientemente bueno como para integrar las dos historias (la clásica y la fantástica) sin que una anule a la otra ni se contradigan, lo que, a mi humilde entender, es bastante complicado y, por lo tanto, muy valorable (aplausos para el equipo de guionistas).
Por otro lado, el reparto es estupendo: Lily James como Lizzy Bennet (la incombustible señorita Rose de Downton Abbey o Natasha Rostova en la nueva adaptación televisiva de Guerra y Paz), Sam Riley transformado en un Mr. Darcy algo “emo” (Maléfica o Suite Francesa), Douglas Booth en el papel de Mr. Bingley (uno de los herederos Abrasax en El Ascenso de Júpiter) o, ¡ay señor, subidón máximo cuando aparece!, Lena Heady interpretando a una Lady Catherine the Bourgh con toda la bilis Cersei Lannister pero en formato guerrera protectora.
Lo dicho, que si queréis pasar un buen rato, disfrutando de una película de fantasía, con la que te ríes un montón y, encima, te enteras de qué va Orgullo y Prejuicio, os sacáis la entrada y ¡al cine!
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