Dwayne Johnson, o más conocido por todos por La Roca, vuelve a la gran pantalla con un título cargado de grandes dosis de acción, al estilo que ya nos tiene acostumbrados. Proyecto Rampage, basado libremente en el mítico videojuego Rampage nos trae una trama de criaturas colosales que no nos dejarán indiferentes… O sí…
En esta ocasión La Roca se mete en la piel del primatólogo David Okoye, que no se relaciona socialmente con las personas, pero tiene un gran vínculo con George; un gorila albino del que está a su cuidado desde hace mucho tiempo. Pero la vida de estos dos amigos se verán afectadas drásticamente, por culpa de un experimento génetico que falla y George acaba convirtiéndose en un simio colosal con un ansia descomunal.
Y si las cosas ya iban mal, pues hay que sumarles que otros animales comparten esta misma alteración genética, de forma que arrasan con todo ante su paso. Okoye tendrá que afrontar este problema que amenaza a toda la humanidad, y sobre todo por salvar a quien anteriormente era su amigo.
Una vez más tenemos a nuestro querido Dwayne en una película de acción, tras su último proyecto Jumanji: Bienvenidos a la jungla. Esta vez tendrá que hacer frente a una enorme amenaza, pero no podrá hacerlo solo. Contará con la participación en la cinta de Naomie Harris, Jeffrey Dean Morgan y Joe Manganiello entre otros actores secundarios.
Rampage se convierte en una alocada aventura sin precedentes, que mezcla tintes de varias cintas que el público se puede esperar. Estos ejemplos son Mi gran amigo Joe, King Kong o Godzilla en su defecto más directo.
La película que dura 115 minutos tiene los elementos suficientes para ofrecer una película de acción, y que los espectadores se queden hasta el final. Pero el factor clave esta en su desarrollo.
Comenzando con un argumento convincente, la trama nos presenta a los personajes y la situación que ha ocasionado la amenaza. Hasta aquí todo correcto, ya que tenemos la estructura de cualquier película de acción. Ahora bien, el largometraje contiene altibajos de guión que hacen que la experiencia sea como una montaña rusa de emociones, sin quedarse en un término medio.
Otro aspecto que delata a esta cinta, y que no me esperaba mucho de esto son las actuaciones. En este punto se ven bastantes fallos que aunque sean “malos” para su ejecución hacen que se vuelva divertida. Los diálogos en muchas ocasiones pecan por su obviedad, que se suman a escenas sin lógica pero que se disfrutan por sí solas aunque suene raro.
No es una película que recomendaría para verla en el cine, pero que para pasar el rato y divertirse sin más es la candidata perfecta. Y sobre todo una delicia para los amantes de la serie B, cuando se convierte en un blockbuster de taquilla a nivel internacional.
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