Jon Watts regresa a la franquicia arácnida para poner el broche de oro a la trilogía iniciada con Spider-Man : Lejos de casa.
Tras los acontecimientos de Far From Home en los que Mysterio expuso al mundo la identidad secreta del trepamuros, No Way Home retoma la trama donde acabó la anterior entrega. Con Peter pasándolas canutas y desesperado porque las cosas vuelvan a la normalidad decide pedir ayuda al Maestro de las Artes Místicas y que conjure un hechizo para que todos olviden quién es Spider-Man. Pero como suele ser habitual, todo tiene un coste y el conjuro, se sale de madre.
Y, apartir de aquí, el primer tercio es uno de los más interesantes de todo el filme. Un inicio prometedor, pero que pese a ser efectista, tiene sus altibajos. Principalmente porque todo lo que pasa no es por la legendaria suerte de Parker, tampoco es un problema en sí del guion y mucho menos lo es por la trama en sí. Lo que ocurre es un problema con el personaje. Infantil más que adolescente, el espectador y buen conocedor del personaje, puede entender que Peter no esté preparado para abandonar aún la vida tal y como la conoce. Sin embargo, de ahí a ser un completo y absoluto irresponsable, hay un abismo.
Ciertamente, ahí entran sus amigos, su novia, familiares y el Doctor Extraño. Para aportar ese equilibrio al bueno de Pete, pero llegados a un extremo, la cosa se tuerce y por más que Tom Holland haga un papelón y represente ese código moral que ha marcado al lanza redes, no compensa la falta de sentido común que debería tener a estas alturas.
El segundo tercio, con los casi, Seis Siniestros en juego se torna mucho más sugerente. Y lo es. La dinámica existente entre unos y otros se hace divertida y entre ellos hay mucha química, sobre todo, con Electro y Octopus. Aunque, como todos sabemos, el auténtico antagonista en esta historia es Osborn y su psicótico alter ego, el duende verde.
Con él podemos esperar varias cosas, entre ellas, que le complique la vida al bueno de Spidey, que va a tener una gran puesta en escena y dramatismo. Mucho dramatismo. Pero también es quien, al igual que en cualquier otra aventura de nuestro arácnido héroe, que es el motivo por el cual no sólo se alza y se supera, también es el motivo de que sea mejor y un claro recordatorio de que, ” un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
Y, eso mismo refleja en Spider-Man : No Way Home. Ese momento en el que, finalmente, el viejo cabeza de red mira al abismo y este le devuelve la mirada. Pero, a partir del final del segundo tercio, la cinta no sólo se vuelve un fan service, también un desmadre en el que, el por fin vemos al Hombre Araña en estado puro.
Esta es, sin lugar a duda, la mejor parte de la película, no porque tenga elementos para satisfacer al público y también a los marvelitas, que las tiene. Es que es emocionante, logra alcanzar momentos que son viñetas en movimiento y conecta con lo que todos sabemos, el multiverso. Pero eso no es lo importante, lo importante realmente es que aquí, al fin se define nuestro amistoso y vecino Spider-Man y lo hace haciendo gala de cómo serán las cosas a partir de ahora.
Sobra decir que Holland luce el traje de Spider-Man de forma más que merecedora y parece haber nacido para llevar el manto del trepamuros. Las secuencias de acción son vibrantes y se suceden de forma vertiginosa. Desde luego, no aburre en ningún momento y los efectos visuales, aún con algún defectillo en el que se nota el CGI cumplen sobradamente su labor.
No voy a entrar demasiado en el climax porque creo que visualmente el contexto de los sentimientos encontrados se refleja mejor en las escenas que aquí acontecen, pero, sí diré que es digno de los cómics del personaje.
Definitivamente, siendo la mejor de la trilogía con Tom Holland, la cinta funciona realmente bien en su conjunto y es un claro ejemplo de que se puede contentar a todos. Es un cómic 100% de Spider-Man que, sin ser una gran historia, no defrauda y deja buen sabor de boca pese a sus defectos o sus sinsentidos.
Por cierto, como viene siendo habitual dentro del UCM, Spider-Man: No Way Home no sólo tiene escenas post créditos, también una sorpresilla muy reveladora por lo que os recomendamos aguantar hasta los créditos finales, que merece la pena.
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