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‘Last Night in Soho’ es la mejor película del año – Crítica del nuevo thriller psicológico de

“’Last Night in Soho’ es la mejor película del año.” Esperé al día siguiente, cuando la euforia reciente tras salir del cine hubiera decrecido un poco, para valorar mis palabras. Seguían presentes, aún días después. A mí me parecía bien.


El 19 de noviembre (eso es en muy poquito) llega a los cines ‘Last Night in Soho’, esa película que en el momento de su primer vistazo dejó algo conmocionado al club de fans de Edgar Wright.  

“Terror” no fue lo que causó sorpresa. Ya tenemos esa sección en la filmografía del director con ‘Shaun of Dead’. En cambio, fue el conjunto de temas, propios del género thriller, lo que dejó algo fascinado al público; Edgar Wright, el creador de la Trilogía del Cornetto, había cambiado radicalmente de estilo. Hay algo de cierto en esto, al igual que algo de incorrecto.

‘Last Night in Soho’ cuenta con Thomasin McKenzie y Anya Taylor-Joy en un tremendo thriller que se mueve entre el pasado y el futuro. “Un asesinato en el pasado. Un misterio en el futuro.” Porque cuando Eloise (McKenzie) se muda a Londres para seguir su sueño de convertirse en diseñadora de moda, se ve atrapada en un constante viaje a los años 60. Conoce a Sandie (Taylor-Joy), una deslumbrante y ambiciosa mujer que aspira a ser cantante. En estos sueños, Eloise no solo ve a Sandie, también se convierte en Sandie, y ese mundo de glamour empieza a volverse cada vez más oscuro. Puede que todo sea parte de la imaginación de “Ellie”, o puede que estas pesadillas conecten con algo real del pasado.




Hay algo que siempre me fascina del cine de Edgar Wright. Son películas embellecidas por su complicidad cómica y entretenida con su público, con características historias contenidas en un ritmo frenético y exclusivo. ‘Last Night in Soho’, en un drama-thriller-terror-misterio-suspense, con esos apartados cómicos propios del director, suma como título fascinante.


En un guion, que es tanto de Wright como de Krysty Wilson-Cairns (nominada al Óscar por la misma tarea para ‘1917’) plagado de intriga, inteligente en su estructura, y sutil en detalles, encontramos una variedad de temas que complementan tanto en su estancia del pasado como del futuro. En concreto, ‘Last Night in Soho’ se introduce de lleno en el Londres de 1960, en las historias de acoso sexual que sufrieron las mujeres del mundo del espectáculo.

Tomando como punto de partida el mundo de la moda, y permitiendo que esta historia esté siempre bajo los ojos de “Ellie”, la película de Wright no trata con romanticismo esta época – no, al menos, de forma primordial; sabemos el afecto que le tiene el director a los años 60. “De alguna manera, esta película es una oda romántica al pasado y.… porqué hacer esto no es bueno,” confía Wright a Los Angeles Times, “Cuando la gente usa la frase “esos buenos tiempos”, es para sugerir que existía una década donde todo era perfecto y no había nada malo. Claro, esto es mentira.”



Esa conexión recurrente entre el pasado y futuro permite ver esto que menciona Wright. En una espiral de acontecimientos que va incrementando a medida que la historia se retuerce cada vez más, ‘Last Night in Soho’ envuelve al espectador en una tensa red de paranoia y misterio que no deja respirar hasta el primer crédito final.

El horror está sujeto al guion, con el apoyo visual del peculiar estilo de Wright. La cámara no para quieta. Nosotros no paramos de llevarnos las manos a la cabeza. Hay momentos, sin embargo, que puede pasarse por alto el género al que nos enfrentamos. Esto es, porque la esencia Edgar Wright se mantiene viva de forma constante. Se ve en sus personajes, se escucha en su música, se siente en su ambiente. Y, al igual lo más valioso, perdura en la comedia. 



Los sellos propios del director están presentes en todo momento, siempre ágiles, dinámicos y únicos. Visualmente, ya sea por esto mismo, o por los colores, o por todo ello en pack, ‘Last Night in Soho’ es una experiencia cinematográfica deslumbrante.

El tono es de lo más destacable del film. Cuenta con los elementos propios de un thriller, otros pocos de terror, referencias del cine clásico favorito de Wright, y una brillante estética que se ajusta a lo actual y lo pasado. Todo ello siguiendo esa línea narrativa que no deja de ser fascinante aun siendo terrorífica. 

“’Last Night in Soho’ es la mejor película del año.” Es un pensamiento que continúo manteniendo. Es lúcida en su forma, de fondo reflexivo y cautivadora en su narrativa. 

Sobre todo, ‘Last Night in Soho’ es disfrutable, una experiencia inolvidable. Pocas son las películas que nos regalan esto a día de hoy. Es algo que siempre me ha fascinado del cine de Edgar Wright.

– Anabel Estrella

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