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Reseña: My Cosmic Monster #1


Odaiba Ediciones continúa ampliando su catálogo. En esta ocasión, nos presenta un shojo (historias para chicas jóvenes), saliéndose de su oferta habitual. Así, a través de My Cosmic Monster, se nos presenta una historia tierna donde el amor no conoce de fronteras… Sobre todo entre otros planetas. 

Tsubaki Konishi quiere ser perfecta: debe ser preciosa y buena, además de mantener esta imagen siempre ante sus compañeros de clase. Sin embargo, una noche se encuentra —según ella— con un “perro” abandonado de aspecto inusual. Al no poder resistirse ante él, se lo lleva hasta su casa, donde vive con Mai, su hermana mayor, quien también estudia en su mismo instituto. 


Mai Konishi es una chica muy querida por todos sus compañeros de clase, pero ella, a diferencia de su hermana pequeña, siempre se muestra tal cual es. Tiene una gran afición por la vida extraterrestre y el avistamiento de ovnis, algo que Tsubaki no comprende del todo bien, pero que, por sólo por la pasión que siente Mai por ello, se ve atraída a acompañarla en todas y cada una de sus aventuras para descubrir evidencias de la vida en el cosmos. 




Cuando decide tomarse un baño, Tsubaki se lleva al “perro” con ella y comienza a desahogarse y a hablar de lo que realmente siente, y de la fachada que muestra en público para ser querida y respetada por todos. Mostrarse vulnerable —y que su hermana tenga un detector de alienígenas— ayuda a que el “perro” también enseñe su verdadera forma: Fuwa, un extraterrestre adolescente y antropomórfico, de apariencia muy similar a los seres humanos. 

LA VERDADERA HISTORIA DE AMOR

‘My Cosmic Monster’, aunque sea un shojo slice of life con toques de ciencia ficción, muestra una bonita historia de amor entre las hermanas Konishi. A Tsubaki su hermana, por muy desastrosa que le parezca, siente una profunda admiración hacia ella, porque ella representa lo que Tsubaki ansía por encima de todo: poder ser ella misma sin sentir miedo de lo que puedan decir. 

Esta relación me parece uno de los grandes puntos fuertes de esta serie de dos tomos, pues ambas sienten verdadera devoción la una por la otra, a pesar de que Tsubaki intente hacerse la dura y ocultar sus verdaderos sentimientos. 




Por otra parte, Fuwa ayuda a Tsubaki a que ella rompa el molde que lleva tanto tiempo construyendo, pero ella sólo lo hace al saber que es un extraterrestre que, por el que, por supuesto, “no siente” ningún interés romántico y del cual sabe que en cualquier momento puede regresar a su planeta natal. Sin embargo, algo se va forjando poco a poco entre los dos, por leve que sea. 

UN PRIMER TOMO QUE ENGANCHA

Esta primera parte ha sido muy fresca, divertida, entretenida y, lo más importante para mí, te mantiene enganchada como para querer saber cómo va a continuar la historia. Además, tiene sus ligeros enredos y malentendidos, dejándote con aún más ganas de saber qué va a avecinarse. Especialmente con el gran cliffhanger que se muestra justo al final. 




Su dibujo es tierno y bonito, acompasándose a la perfección con el tono y el guión de la historia. Para mí será una delicia continuar con la historia de las hermanas Tsubaki y la huida de Fuwa de su planeta natal.


Gracias a ese cierre tan abrupto, Motekke nos deja con la miel en los labios, con muchas ganas de querer continuar con la historia que hay detrás de My Cosmic Monster. Será en su segundo y último tomo donde podremos continuar con esta insólita aventura, donde, esperamos, se desvelen todas las incógnitas que se han quedado abiertas en este primer tankobon.

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