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BABYLON | Una carta de suicido a Hollywood — Crítica de la película



La filmografía de Damien Chazelle destaca entre el mundo cinéfilo por sus historias que exploran la ambición artista de personajes en busca de un gran éxito. El director lo hace ya sea de forma extrema o llevado a un tono más idealista. La primera vez fue con Whiplash, luego con La La Land, y ahora le toca a Babylon; la que se podría considerar la otra cara del musical interpretado por Emma Stone y Ryan Gosling.


La película, que se estrena en España el próximo 20 de enero, es una carta de suicidio al Hollywood de los años 20, una época donde la industria estaba en auge y donde todo era válido.


Con un reparto lleno de estrellas como Margot Robbie, Brad Pitt, Tobey Maguiere y Olivia Wilde, y la presentación de Diego Calva en el papel protagonista, Babylon apuesta por ser una de las películas más fuertes de 2022. Una película que destroza el mundo de Hollywood, pero que al mismo tiempo compone un homenaje único a toda la historia del cine.


Un Hollywood que no es como el de La La Land

Babylon dura tres horas y nueve minutos. Entre todo este metraje nos encontramos con fiestas, drogas, rodajes, desnudos, alcohol, estrenos, peleas y mucha música. Todos estos elementos van ligados a las historias, independientes pero cruzadas, de Manny Torres (Diego Calva), Jack Conrand (Brad Pitt) y Nellie LaRoy (Margot Robbie).


En Babylon, lo predecible es insólito y lo insólito se vuelve único. Es como ir entrando en lo más profundo de Hollywood sin poner barreras a lo que pueda ser más desagradable, y en esta película hay cantidad de escenas desagradables que pasadas las dos horas se dejan de contar con los dedos. Supongo que Chazelle quería hundir el mundo de Babylon en la realidad más desmoralizante posible para luego preguntarse a sí mismo “cómo voy a salir de aquí”. La solución la encuentra rápido, en un final que se construye de la forma más delicada posible y que encuentra la respuesta a su propia historia; después de haber llevado todo al mayor límite posible.


El Hollywood de los años 20 podía ser deslumbrante. Pero también podía ser muy destructor. Babylon consigue mostrar ambos lados en un espectáculo tras otro. Lo hace a través de escenas cargadas de emoción — porque esto es algo de lo que Babylon nunca prescinde. La emoción va unida a cada escena, ya sea en un diálogo entre dos personajes tomando coca, un rodaje donde se repite una escena una y otra vez, o escenas de baile donde los personajes pierden el sentido de la realidad.


Nada es lo que parece, ni siquiera cuando sabes lo que parece

Es evidente que hay ciertas expectativas que se cumplen al ver Babylon. La música de Justin Hurwitz es extraordinaria (otra vez); la dirección de Chazele es hipnotizante (otra vez); el reparto es de lo mejor de la película (otra vez); y el guion tiene personalidad propia, aun bebiendo de referencias claras que permiten componer el mundo visual de la película. Todo esto vuelve a sorprender una vez más, tal y como ocurrió con Whiplash y La La Land. Pero Babylon da mucho más.


Una película sobre el mundo del cine. “Habrá muchos rodajes, habrá mucha música, habrá mucho lujo”, podemos pensar. Si bien esto no duda en hacer acto de presencia en todo el film, Babylon sigue una línea que va más allá de lo bonito y lo feo de Hollywood.



Con unos personajes totalmente dispares y sin límite de locura por conseguir lo que quieren, las historias de cada uno no tienen nada asegurado. Algo que hace a Babylon muy entretenida; porque puede ser que Margot Robbie esté rodando una escena en plató y que la noche siguiente se esté enfrentando (por decisión propia) a una cobra en mitad del desierto. Así es todo.


La sátira y el cinismo que rodea todo el ambiente ayuda a tomarse la película con más parsimonia. A pesar de contener drama cuando es necesario, comedia a punta pala, suspense hiperrealista y homenajes por todos lados, Babylon sabe como tomarse a su público. Sabe cuando inflarse y cuando desinflarse; y a pesar de ser tres horas, sabe como mantener la atención y llegar hasta un final, que vuelvo a insistir, hace homenaje a todo la película, al mismo tiempo que a toda la historia de cine.


Babylon para mí ya es otro clásico más. Cuando después de sus primeras dos horas aun no acababa de convencerme (todo hay que decirlo), finalmente me ganó por su brillante pack de guion, dirección, cast, música y diseño de producción. Todo esto, es sólo la punta de un enorme iceberg.


– Anabel Estrella



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